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Archivo para diciembre, 2006

Navidad

La Fiesta de Navidad y sus elementos tienen orígenes interesantes que conveniente conocer. En primer lugar tenemos que decir que los primeros cristianos estuvieron tan contentos por la resurrección de Cristo que durante mucho tiempo solo celebraron la fiesta de la resurrección o Pascua.
Esta fiesta la celebraban de dos formas, una semanalmente cada domingo y otra solemne en forma anual.
 
Con el paso del tiempo, entre el siglo III y IV, pensaron que era necesario también celebrar el nacimiento de Jesucristo, y aunque la mayoría conocía el año de su nacimiento, desconocían el día exacto ya que no quedó escrito en ningún texto o documento.
Fue necesario escoger algún día significativo para celebrar su nacimiento por lo que se pensó que, como el sol es la principal fuente de luz, sería conveniente escoger una fecha en la que el sol pareciera vencer a la oscuridad, la noche más larga del año. El resultado fueron dos fechas y no una. La primera celebración se puede datar entre el año 320 y el 353.
 
En aquel entonces los cristianos habitaban en Europa, norte de Africa y medio oriente. Estaban divididos por regiones, oriente y occidente. En la región oriente se hablaba como lengua común el griego y en la región occidente el latín, por lo que incluso han llegado hasta nuestros días palabras en latín y en griego que utilizamos en el culto.
 
Fueron los orientales quienes comenzaron a celebrar la fiesta del
Nacimiento de Cristo a la que le dieron un nombre en griego: Epifanía, que significa “manifestación”, poniendo énfasis en que el Hijo de Dios se hacía hombre para darse a conocer a toda la humanidad, a todas las razas y culturas. Ellos escogieron la noche del 5 de enero y todo el día 6 porque creían que esa era la noche más larga de todo el año.
 
Por su parte, la iglesia de occidente, y concretamente Roma, eligieron
la noche del 24 de diciembre y todo el día 25. A esto influyó la creencia
de los antiguos romanos que en esa fecha celebraban el nacimiento del sol. La lengua utilizada en estos lugares era el latín por lo que la fiesta recibió el nombre de Natividad y finalmente Navidad.
 
Durante mucho años oriente y occidente celebraron el nacimiento de
Cristo con nombres distintos y en fechas distintas. Cada una tenía sus razones para hacerlo así, pero como era más conveniente poder celebrar el acontecimiento en una misma fecha, pronto se llegó a un acuerdo que permite iniciar las festividades de la navidad el 24 de diciembre por la noche y terminarlas el día 6 de enero.
 
En la fiesta del 24 y 25 de diciembre la reflexión se centra en admirar la grandeza de Dios que se hace hombre en la figura pequeña y desvalida de un niño. Se habla del cumplimiento de las diversas profecías que anunciaban que nacería en Belén, de la descendencia del rey David, que una virgen sería su madre y que una estrella indicaría su nacimiento.
 
En la fiesta del 5 y 6 de enero la reflexión se centra en que el amor de Dios se manifiesta y se entrega a todas las naciones sin excepción alguna. Esto se fortalece con la narración de los reyes magos que vienen de diversas regiones no judías para adorar al niño. Uno le ofrece oro reconociéndolo como rey, otro incienso reconociéndolo como Dios y finalmente otro le ofrece mirra que, por se utilizada para embalsamar a los difuntos, le hace reconocerlo como alguien que morirá para salvar a la humanidad.
 
Como en todas las fiestas, poco a poco la celebración de la Navidad se fue enriqueciendo con elementos y símbolos. Uno de los primeros elementos fue la celebración de la misa por la noche. Si bien es cierto que en aquellos tiempos sólo se celebraba la misa por las mañanas, en ocasiones muy especiales como la Pascua y la Navidad se comenzó a celebrar por la noche para que el significado de la luz fuera más claro. Los cirios se fueron utilizando cada vez más hasta que se colocaron en todos los hogares como signo de la luz de Dios y la presencia de Cristo.
 
Después ingresó el color morado como un signo de preparación y purificación. La razón de este color la encontramos en una práctica para teñir la ropa. En tiempos del imperio romano los colores de la ropa fácilmente se despintaban y sólo uno permanecía sin decolorarse: el morado o púrpura. Sin embargo este color era muy difícil de obtener y por lo tanto muy costoso. Para obtenerlo se tenía que buscar una especie de molusco que habita dentro de su concha en el mar. Cada uno de estos, emite una especie de baba que al entrar en contacto con la ropa deja una mancha imborrable. Se necesitaba una gran cantidad de moluscos para poder teñir un manto, tanto así que este color era utilizado solo por las personas que tenían muchos recursos económicos e incluso color oficial del emperador. Una frase de la escritura dice:
“aunque mis pecados sean como la púrpura, tú, Señor los harás más blancos que la nieve”. Inspirándose en esta frase se pensó que en las etapas de preparación a las fiestas importantes, como Navidad y Pascua, el color morado significaría que poco a poco Dios iría purificando a quien tuviera una actitud de cambio.
 
De lo anterior se desprende el color de las velas de la corona de adviento, que aunque pueden ser todas del mismo color, en algunas ocasiones se utilizan de color más oscuro a más claro para indicar la purificación paulatina, así se inicia con el color morado, se pasa por el rojo y el rosa hasta llegar al blanco. La corona de adviento tiene la forma circular para indicar la regeneración o resurrección que ofrece Dios y la unidad entre los cristianos
 
Otro elemento que se integró a los símbolos fue el pino y sus piñas de donde surgen las semillas. Si tomamos en cuenta que en el invierno la mayoría de los árboles pierden su follaje dando la impresión de que se secan y mueren, el pino ofrece una visión distinta. A pesar del frío o de la nieve siempre se mantiene verde y nunca pierde su follaje. Esto hizo que algunas culturas lo hayan considerado un árbol sagrado o mágico  y pronto los cristianos lo tomaron como un signo de la eternidad que ofrece Dios al hacerse hombre.
Es interesante mencionar que encontramos la presencia del pino y el ciprés como signos de vida eterna en sarcófagos del siglo IV en las catacumbas de Roma. Una piña gigante, perteneciente al pino, de más de 3 metros de altura estuvo en el atrio de la antigua Basílica de San Pedro desde el siglo IV hasta el siglo XVI.
El pino también hace referencia al tronco de Jesé mencionado en la sagrada escritura, en la que se alude a la descendencia del rey David, ya que Jesé es el padre de este rey.
 
Tomando en cuenta que en Navidad los cristianos celebran que Dios les ha dado el mejor regalo: su propio hijo, Jesucristo, es costumbre que se haya intercambio de regalos entre los seres queridos. En el tema de los regalos, son los niños quienes reciben una atención especial, ya que, como niños reflejan la presencia del niño Dios que recibió regalos de los pastores y los reyes.
 
Los obsequios de los reyes los podemos encontrar mencionados en el
Evangelio, pero más allá del Evangelio aparece la figura de un santo que fue obispo: San Nicolás, que por haber dedicado su vida a ayudar especialmente a los niños pobres, es considerado benefactor de los niños. Es conocida por todos la ocasión en que, para ayudar en forma secreta a unas mujeres pobres, les dejó la ayuda en las calcetas que se estaban secando cerca de la chimenea, de aquí la costumbre de colocar los calcetines o botas para recibir regalos.
 
Cada región del mundo ha añadido a estas fiestas su propio toque de distinción de tal manera que mientras en Europa es más importante la comida del día 25 en otras regiones como México es más importante la cena de nochebuena. En Europa, en los lugares que existen las castañas, éstas llenan con su aroma, sabor y calor las calles y casas. En Italia se acostumbra comer el “Panetone”, especie de panqué, y brindar con vino espumoso.
Fue también en Italia, donde San Francisco de Asís realizó por primera vez la representación viviente de un nacimiento y gracias a los franciscanos se extendió esta costumbre a otros países. En  Alemania, Francia, España y Estados Unidos son tradicionales los conciertos de villancicos.
 
Retomando el tema del nacimiento, es necesario decir que la primera representación de Cristo niño, acompañado de María, los pastores, la mula y el buey, se remonta a un sarcófago que se data entre los años 320 y 330 conocido como sarcófago de Claudiano. La escena se repite durante un siglo más en varios sarcófagos que van integrando nuevos elementos. La primera representación de los magos llevando sus dones al niño la encontramos en la llamada “capilla griega” en el interior de las catacumbas de Santa Priscila en Roma en el siglo III. Posteriormente la imagen de los magos se añadirá al esquema anterior. Finalmente el esquema presentará a María y José, magos y pastores, mula y buey. Si bien estos animales no son mencionados en el evangelio ¿por qué desde tiempos tan antiguos aparecen en la representación del nacimiento? La respuesta la da, por una parte el libro del profeta Isaías en el capítulo 1, versículo 3, donde se menciona que la mula y el buey reconocerán a su Señor; pero sobre representan la universalidad de la salvación, ya que el buey, por se un animal de carga, representa al pueblo judío que ha cargado el yugo de la ley, mientras que la mula, por se un animal impuro, mezcla de asno y caballo, representa al pueblo no judío, a los gentiles o paganos, en otras palabras a todos los pueblos que no son judíos. San Francisco de Asís en el año 1223 representó en forma viviente un nacimiento en Greccio, Italia, y de allí surgió la idea de hacer representaciones del nacimiento.
El nacimiento no falta en las casas mexicanas y actualmente lo podemos encontrar en diversos materiales como barro, cerámica, papel, hoja de lata, hojas de maíz, etc.
 
México ha aportado a la Navidad la flor de nochebuena, originaria de nuestro país y las posadas, novenario festivo que se inició en el convento de Acolman, cercano a Teotihuacan. Aunque las piñatas tuvieron su origen en China y pasando por Italia llegaron a México, fue aquí en donde alcanzaron su mayor colorido, uso y significado. Las pastorelas, como teatro evangelizador añadieron nuevos personajes a los mencionados en las escrituras y permitieron que tanto niños como adultos comprendieran el significado de la Navidad. Estas presentan al demonio que intenta evitar que los pastores y hombres en general hombres conozcan a Dios, para ello se vale de todo tipo de trampas y tentaciones, pero finalmente los ángeles logran vencer al maligno. A lo largo de los tiempos las pastorelas reflejan la gracia, alegría, humor e incluso picardía del mexicano, que a cada cosa da su toque especial.
En España y México son los reyes magos quienes dan regalos a los niños.
En Estados Unidos y algunos países de Europa esta tarea corresponde a San
Nicolás con el nombre de Santa Claus. En Italia  es la “Befana” (derivación de la palabra Epifanía) quien trae los obsequios.
 
Desgraciadamente para algunos, la Navidad se ha convertido únicamente en un momento de comercio y excesos desmedidos, pero afortunadamente para la mayoría la Navidad es ocasión para que mediante la reflexión, el perdón, el deseo de paz, la generosidad, la ayuda a los necesitados, y sobre todo la oración y el amor, sintamos y creamos que Dios sigue viviendo en medio de nosotros, de tal forma que podamos decir “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”.
 
 
 
Agradeciemto Personal:
Agradesco al Pbro. Jóse de Jesus Aguilar por la información proporcionada y que se ha presentado en este espacio con fines informativos tal cual fue resivida.
 
 
 
Atte:
HSIEN – KO

SAN NICOLAS de Mira

También llamado San Nicolás de Bari.
Fiesta:  6 de diciembre

 

  • San Nicolás, Obispo, murió el 6 de diciembre, del 345 o 352.
  • Su lejendaria caridad es el origen del personaje conocido universalmente como "Santa Claus" o "Papá Noel".

Cinco Papas han llevado el nombre de Nicolás, pero el santo de nuestra historia no fue Papa sino obispo.

Poco se sabe con certeza de San Nicolás mas allá de los siguientes datos: nació en Parara de Licia, una antigua provincia del Asia Menor; en su juventud hizo una peregrinación a Egipto y Palestina. Poco tiempo después de su regreso fue nombrado obispo de Mira, capital de Licia, junto al mar Mediterráneo; echado en prisión durante la persecución de Diocleciano por confesar su fe, fue liberado al subir al trono el emperador Constantino.

Posiblemente San Nicolás participó en el Concilio de Nicea en el año 325, donde se condenó la herejía arriana que ponía en duda la divinidad de Jesucristo y se instituyó el credo Nicenciano, el cual es una fuente para el credo posterior que se reza en las misas dominicales. Por otra parte, su nombre no aparece en las antiguas listas de los obispos que participaron en el concilio.

San Metodio afirma que "gracias a las enseñanzas de Nicolás, la metrópolis de Mira fue la única que no se contaminó con la herejía arriana la cual rechazó firmemente, como si fuese un veneno mortal".  San Nicolás tomó también medidas severas contra el paganismo y lo combatió incansablemente.

Su celo por la justicia es legendario. Cuando el gobernador Eustacio había sido sobornado para condenar a tres inocentes,  Nicolás se presentó en el momento de la ejecución, detuvo al verdugo y puso en libertad a los prisioneros.  Reprendió entonces a Eustacio, hasta que éste reconoció su crimen y se arrepintió.  En esa ocasión habían presentes tres oficiales que mas tarde, al verse ellos mismos en peligro de muerte le rezaron a San Nicolás.  Esa misma noche el santo se apareció en sueños a Constantino y le ordenó que pusiese en libertad  a los tres inocentes.  Constantino interrogó a los tres y al darse cuenta por ellos de que habían invocado a San Nicolás,  los envió libres al santo obispo con una carta en la que le rogaba que orase por la paz del mundo.  Durante mucho tiempo ese fue el milagro mas famoso de San Nicolás, y prácticamente lo único que se sabía de él en la época de San Metodio quién murió en el 847.

Devoción a San Nicolás

Después de su muerte el 6 de diciembre, de 345 o 352,  creció su devoción y aumentaron los reportes de sus milagros.  Se convirtió en el patrón de los niños y marineros. En el siglo VI, el emperador Justiniano construyó una Iglesia en Constantinopla en su honor. Su popularidad en esa ciudad (hoy día Estambul) se propagó por todo el Cristianismo.  Fue nombrado patrono de Rusia y, gracias a los zares, su devoción aumentó hasta tener mas iglesias dedicadas a su nombre en Rusia que ningún otro santo fuera de la Virgen María. Es interesante que San Nicolás es popular en Rusia siglos antes de que fuera conocido en el continente Americano.

En Alemania la devoción a San Nicolás comenzó bajo Otto II, posiblemente por su esposa Theophano, quien era griega. El obispo Reginald de Eichstaedt (991) escribió "Vita S. Nicholai."

El 9 de mayo, de 1087 sus huesos fueron rescatados de Mira que había caído bajo la invasión musulmana. Se llevaron a Bari, en la costa adriática de Italia. Fue posiblemente en ese tiempo en que se propagó su devoción en Italia donde se le conoce como San Nicolás de Bari.  Sus reliquias todavía se preservan en la Iglesia de San Nicola de Bari, Italia. En Mira, se decía que "el venerable cuerpo del obispo, embalsamado en el aceite de la virtud, sudaba una suave mirra que le preservaba de la corrupción y curaba a los enfermos, para gloria de aquél que había glorificado a Jesucristo, nuestro verdadero Dios".   El fenómeno no se interrumpió con la translación de los restos; según se dice,  un aceite conocido como el Manna di S. Nicola, sigue brotando de su cuerpo.

San Nicolás es honrado como patrón en los siguientes lugares: Rusia; Nápoles y Sicilia, Italia; Campen, Holanda; Freiburg en Suiza; Lorena; la Diócesis de Liège; también en ciudades de Alemania, Austria y Bélgica. En diferentes lugares es patrón de marineros, mercantes, panaderos, niños y viajeros.  Los marineros del mar Egeo y los del Jónico, siguiendo la costumbre del oriente, tienen una "estrella de San Nicolás" y se desean buen viaje con estas palabras: "que San Nicolás lleve tu timón". Su imagen se representa en el arte en diferentes formas según sus milagros. 

En Demre (Turquía), la Basílica de San Nicolás está ahora en ruinas y hay dudas sobre cual es su tumba original. Ya no quedan cristianos en la ciudad, pero los negociantes musulmanes han fundado una organización caritativa en su honor que cada año da un premio de paz. 

De San Nicolás a "Santa Claus"

Tratándose de un santo muy popular no faltaron las maravillosas historias que se acumularon a través de los siglos..  

Leyenda de los marineros.
Durante una hambruna, el santo pidió que se organice una flota para llevar grano a un pueblo que sufría hambre.  La flota sobrevivió una terrible tormenta gracias a la bendición del obispo.  En otra ocasión, San Nicolás convenció a unos mercaderes para que entregasen todos los alimentos que tuviesen en su barca.  Al llegar a su destino, estos encontraron todos los alimentos en su lugar original.  

Leyenda de las tres doncellas
Se cuenta que en la diócesis de Mira un vecino de San Nicolás se encontraba en tal pobreza que se decidió a exponer a sus tres hijas vírgenes a la prostitución para sacar de ese vil mercado el sustento para él y para ellas….  Sin dinero no podían pagar la dote de una,  por lo que ninguna se podía casar. Para evitar aquel inhumano lenocinio, San Nicolás tomó una bolsa con monedas de oro y, al amparo de la oscuridad de la noche, la arrojó por la chimenea de la casa de aquel hombre. Con el dinero se casó la hija mayor. San Nicolás hizo lo mismo para favorecer a las otras dos hermanas. En la segunda ocasión, tras ser tirada la bolsa  sobre la pared del patio de la casa del pobre,  esta se enredó en la ropa que se tendía para secar… El padre se puso al acecho en la ventana, descubrió a su bienhechor y le agradeció su caridad. 

Se narra también que San Nicolás resucitó a tres niños que habían sido asesinados y desechados en un barril de sal.  (Vea la imagen superior)   Las antiguas leyendas de los niños y los regalos por la chimenea y las medias dieron lugar en Alemania, Suiza y los Países Bajos a la leyenda del "niño obispo" y sobre todo a la costumbre de que San Nicolás trae secretamente regalos para los niños el 6 de diciembre, día en que la Iglesia celebra su fiesta.   Dicha costumbre fue popularizada en los Estados Unidos por los protestantes holandeses de Nueva Amsterdam, que convirtieron al santo "papista" en un mago nórdico. Su nombre fue abreviado, no solo a San Nic, sino también a Sint Klaes o Santa Claus.

Lamentablemente el Santa Claus moderno ha sido paganizado. La mitra de obispo fue remplazada por el hoy famoso gorro rojo, su cruz pectoral desapareció por completo. Se mudó de Turquía al Polo Norte, de donde viene por la nieve con venados.  

El Santa Claus pagano cautivó la imaginación de agentes publicitarios en el occidente. Como San Nicolás era obispo, se le representa vestido en rojo. Eso le gustó a los magnates de la Coca Cola ya que ese es también el color publicitario de esa corporación. Comenzaron a usarlo en una campaña publicitaria pre Navideña  .

Hoy día, "Santa Claus" se utiliza para vender toda clase de cosas y casi nadie recuerda su verdadera historia.  Es hora que los cristianos recuperemos nuestro santo y le enseñemos a nuestros niños que la Navidad es la celebración del Nacimiento de Dios hecho niño.  Recordemos pues que San Nicolás fue un santo obispo que se preocupaba por los pobres, especialmente los niños y se hizo famoso por su caridad.

 

 

Fuente:

corazones.org

El origen de Santa Claus o Papá Noel

La actual Turquía pudo haber sido la cuna de Papá Noel

 

Santa Claus, el hombre bonachón, de largas barbas blancas y pícara mirada que viaja por el cielo en trineo, es una de las figuras más representativas de la Navidad.

El mundo hispano le conoce como Papá Noel, aunque también le llaman San Nicolás o incluso, Viejo Pascuero.

Sí, aquel viejito barrigón que suele entrar por la chimenea para dejar regalos debajo del árbol de navidad para todos los niños que se hayan "portado bien" durante el año es tan popular, que niños de todas las nacionalidades le escriben cartas pidiéndole los juguetes de sus sueños.

Sin embargo, la figura del personaje de traje rojo, botas negras y gorrito de borla blanca es muy distinta a la figura que en realidad inspiró su mito.

Aunque existen pocos detalles, se sabe que en el siglo IV, en la región de Licia (actualmente Turquía), vivía un joven de noble corazón llamado Nicolás.

Nicolás quedo huérfano siendo pequeño y heredó una gran fortuna, la cual repartió entre los más enfermos y desamparados, y a los 19 años, se convirtió en sacerdote.

Con el tiempo, llegó a ser obispo, siempre caracterizándose por su gran bondad, generosidad y preocupación por los pobres y desprotegidos.

Se cuentan varias historias sobre él, entre ellas, una que trata sobre un empobrecido padre que no contaba con la dote necesaria para que sus tres hijas se casaran, lo cual las condenaba a la prostitución.

Para salvarlas de una vida de pecado, Nicolás decidió obsequiar con una bolsa llena de monedas de oro a cada una de ellas. Se dice que para lograrlo, él entraba a la casa por una ventana, sin que nadie se diera cuenta, y colocaba la bolsa de oro dentro de los calcetines de las jovencitas, los cuales colgaban sobre la chimenea para secarse.

También se le atribuye el milagro de haber devuelto a la vida a tres niños que habían muerto, por los cuales intercedió a través de sus oraciones.

Al morir, el obispo alcanzó la condición de santo, convirtiéndose así en San Nicolás de Bari, y su popularidad se extendió por toda Europa.

Holanda se convirtió en uno de los países con mayor admiración por San Nicolás. Alrededor del año 1624, los inmigrantes holandeses que fundaron Nueva Ámsterdam (ahora Nueva York), trajeron consigo una imagen del santo y la costumbre de celebrar su día el 6 de diciembre.

De acuerdo a documentación histórica acumulada por The History Channel, el nombre de Santa Claus fue una evolución del apodo holandés del santo, Sinter Klaas, el cual es en sí una abreviación de Sint Nikolaas.

En el año 1809, Washington Irving, escritor de origen estadounidense, publicó el libro Historia de Nueva York (A History of New York), donde nombró a Santa Claus como "guardián de Nueva York", incrementando su popularidad entre los demás inmigrantes de origen no holandés.

Luego, en 1822, un pastor episcopal de nombre Clement C. Moore, escribió un poema navideño al que llamó "Una Visita de San Nicolás", el cual, tras ser publicado, convirtió a Santa Claus en un icono de la cultura estadounidense.

Moore contribuyó a la idea de Santa Claus viajando alrededor del mundo en un trineo volador dirigido por ocho renos para repartir regalos en los hogares.

En el año 1881, el humorista político Thomas Nast, se inspiró en el poema de Moore y dibujó la primera caricatura del Santa Claus que conocemos el día de hoy, pues añadió los detalles del borde blanco al traje rojo, el saco repleto de juguetes, el taller del Polo Norte, y de sus ayudantes, los duendes.

Los últimos años del siglo XIX fueron determinantes en la consolidación de la figura de Santa Claus, pues dejó de ser asociado con una religión o nacionalidad específica, convirtiéndose así en patrón de todos los niños, no solo en los Estados Unidos, sino en Latinoamérica, y en muchos otros países alrededor del mundo.

El mito actual cuenta que Papá Noel vive en el Polo Norte junto a su esposa, la Señora Claus, quienes dirigen un taller de juguetes donde, con la ayuda de cientos de duendes, se fabrican todos los regalitos que los niños buenos y obedientes recibirán en Navidad.

Se dice que Santa sale en la noche del 24 de diciembre a repartir dichos obsequios, viajando por los cielos en su trineo, aprovechando cuando los niños duermen para entrar por la chimenea o la ventana para dejar los regalos debajo del árbol o en las tradicionales medias navideñas.

Mito o no, sea cual sea su nombre, San Nicolás o Santa Claus, lo cierto es que este personaje representa la bondad y la generosidad, y de cierta manera, nos invita a compartir y dar amor a los demás en esta temporada, sobre todo a los niños y desamparados, y eso, no debe quedarse en la leyenda, sino ser parte de la realidad.

18 de Diciembre Día Internacional del Migrante

Los movimientos migratorios a gran escala han crecido mucho en los últimos años. Actualmente, alrededor de 150 millones de personas viven y trabajan fuera de sus países de origen. España, de donde no hace mucho tiempo salían migrantes hacia Europa del Norte y América, se ha convertido, hoy en día en un país receptor para un gran numero de personas migrantes.
 
Entre ellas encontramos trabajadores y trabajadoras migrantes, población refugiada, demandantes de asilo, e inmigrantes permanentes. Las razones que tienen para abandonar su país de origen son muy distintas y cambian de una persona a otra. Sin embargo, podemos identificar una serie de circunstancias que llevan a la gente a abandonar su hogar y buscar un mejor futuro en otro lugar.
 
La exclusión social y económica, la atracción que ejercen los países más desarrollados, la necesidad que tienen esos países de contar con la migración, los conflictos armados internos y los desastres naturales, todas ellas son causas que provocan migración.
 
Dificultades y retos

Nunca es fácil abandonar nuestro país de origen, nuestro hogar, nuestra gente; pero, aún lo es menos cuando encontramos dificultades en el país receptor a causa de nuestras diferencias de idioma, costumbres y cultura, así como dificultades económicas y sociales. Y por si esto fuera poco, a todo ello se añaden las cada vez más habituales manifestaciones de racismo, xenofobia y otras formas de discriminación y trato inhumano y degradante hacia la población inmigrante.

 
La proclamación del día 18 de diciembre como Día Internacional de la población migrante se debe entre otros al creciente número de migrantes que existe en el mundo y a la preocupación internacional por asegurar su protección y el respeto de sus derechos y libertades fundamentales.
 
Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos, y toda persona disfruta de los derechos y libertades proclamados en ella, sin distinción de ningún tipo, en particular de raza, color u origen nacional. Con la celebración de este día, se pretende además reconocer y valorar la enorme contribución de todas estas personas en el avance económico, social y cultural de los países en todo el mundo.
 

LA VIRGEN DE GUADALUPE

Patrona de México
y Emperatriz de las Américas

FIESTA: 12 de diciembre

"Confiamos a Santa María de Guadalupe, Patrona de México y de todo  el continente, el destino de los pueblos americanos y de su nueva evangelización"
-Juan Pablo II, enero 1999.

La Virgen Santísima se apareció en el Tepeyac al Beato Juan Diego en 1531. Como prueba de su visita la Virgen milagrosamente hizo que en aquel lugar aparecieran preciosas rosas de Castilla y que su imagen se quedara permanentemente en la tilma de su siervo. Ya en España existía la advocación a la Virgen de Guadalupe en Cáceres y en La Gomera.

La milagrosa imagen de la Virgen de Guadalupe se venera en México (y en todo el mundo) con grandísima devoción, y los milagros obtenidos por los que rezan a la Virgen bajo esta advocación son tan extraordinarios que no se puede menos que exclamar: "El poder divino está aquí".  Dios Todopoderoso se complace en derramar sus dones por medio de aquella a quien El escogió para ser su madre.

   Historia

Nunca han faltado, aun entre los católicos, los que rechazan la historicidad de las apariciones de la Virgen. Pero estos ataques se convierten en oportunidades para nuevos estudios. Así ocurrió con los exhaustivos estudios dirigidos por Fidel González mccj  en preparación para la canonización de Juan Diego y recogidos por la agencia Zenit:

Quizá uno de los trabajos más originales del padre González, quien ha sido asistido en esta labor por otros miembros de la comisión, Eduardo Chávez Sánchez y José Luis Guerrero Rosado (cf. «El encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego», Editorial Porrúa, México 1999, 564 pp.) es la presentación de 27 documentos o testimonios indígenas guadalupanos y 8 de procedencia mixta indo-española. Entre todos ellos, destaca el «El Nican Mopohua» y el llamado Códice «Escalada»

Los antiaparicionistas, sin embargo, no pueden explicar con elementos históricos algunos aspectos decisivos de la historia de México sin tener en cuenta el milagro de Guadalupe. Como, por ejemplo, el que, después una conquista dramática y tras dolorosas divisiones y contraposiciones en el seno del mundo político nahuatl, en un lugar significativo para el mundo indígena, en el cerro del Tepeyac, se levantara en seguida una ermita dedicada a la Virgen María bajo el nombre de Guadalupe, que con la Guadalupe de España coincide sólo en el nombre.

No explican tampoco cómo Guadalupe se convirtió en señal de una nueva historia religiosa y de encuentro entre dos mundos hasta ese momento en dramática contraposición.

…. Existen otras muchas pruebas históricas sobre la existencia de Juan Diego, como, por ejemplo, la tradición oral, fuente decisiva al estudiar a los pueblos mexicanos, cuya cultura era principalmente oral. Esta tradición, en esos casos suele obedecer a cánones bien precisos y, en el caso de Guadalupe, siempre confirma la figura histórica y espiritual de Juan Diego. Quien quiera profundizar en el aspecto histórico del vidente de Guadalupe, puede leer a continuación el artículo inédito escrito por una de las personalidades más competentes en la materia, Fidel González, presidente de la Comisión histórica sobre Juan Diego constituida por la Santa Sede.

La maravillosa visita de la Virgen ocurrió el martes 12 de diciembre de 1531, apenas diez años después de la conquista de México. La madre de Dios viene para dar a conocer el evangelio a los pobres indios vencidos y para "mostrar y dar" todo su "amor y compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa madre". El obispo de México era Fray Juan De Zumárraga, franciscano

Durante cuatro días la Virgen se había comunicado con Juan Diego hablándole en su propia lengua, el náhualtl. Al identificarse, María usó la palabra "coatlallope"; un sustantivo compuesto formado por "coatl" o sea, serpiente, la preposición "a" y "llope", aplastar; es decir, se definió como "la que aplasta la serpiente". Otros reconstruyen el nombre como "Tlecuauhtlapcupeuh" que significa: "La que precede de la región de la luz como el Aguila de fuego". De todas formas el vocablo náhualtl sonó a los oídos de los frailes españoles como el extremeño "Guadalupe". relacionando el prodigio del Tepeyac con la muy querida advocación que los conquistadores conocían y veneraban en la Basílica construida por Alfonso XI en 1340. ¡La Virgen se comunicó de manera que la entendiesen tanto los indios como los españoles!. (Vea: Guadalupe, España ).

La Virgen de Guadalupe dio al indio Juan Diego un delicado trato de nobleza elevando proféticamente la condición de todo su pueblo. El Señor "derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes".  Al mismo tiempo, La Virgen trajo reconciliación y no división entre los nativos y los españoles. Les ayudó a ambos a comprender que la fe cristiana no es propiedad de nadie sino un don de amor para todos.

Cuatrocientos años debieron pasar para que la cultura occidental reconociera admirada que la imagen impresa sobre el ayate indígena era un verdadero códice mexicano, un mensaje del cielo cargado de símbolos. Helen Behrens, una antropóloga norteamericana descubrió en 1945 lo que los ojos de los indios habían "leído" en la pintura de la "Madre del verdadero Dios por quien se vive" aquel diciembre de 1531.

Descripción de la Imagen

La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe quedó impresa en un tosco tejido hecho con fibras de maguey. Se trata del ayate, usado por los indios para acarrear cosas y no de una tilma, que usualmente era de tejido más fino de algodón. La trama del ayate es tan burda y sencilla, que se puede ver claramente a través de ella, y la fibra del maguey es un material tan inadecuado que ningún pintor lo hubiera escogido para pintar sobre el.

La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe es una maravillosa síntesis cultural, una obra maestra que presentó la nueva fe de manera tal que pudo ser entendida y aceptada inmediatamente por los indios mexicanos. Es imposible de describir aquí la rica y complicada simbología que contiene este cuadro-códice porque cada detalle de color y de forma es portador de un mensaje teológico.

El rostro impreso en el ayate es el de una joven mestiza; una anticipación, pues en aquel momento todavía no habían mestizos de esa edad en México.

María asume así el dolor de miles de niños, los primeros de una nueva raza, rechazados entonces tanto por los indios como por los conquistadores. El cuadro que se conserva en la moderna Basílica del Tepeyac mide aproximadamente 66 x 41 pulgadas y la imagen de la Virgen ocupa unas 56 pulgadas del mismo. La Virgen está de pié y su rostro se inclina delicadamente recordando un poco las tradicionales "Inmaculadas". Esta oportuna inclinación evita que el empate que une las dos piezas del tejido caiga dentro de la faz de la Virgen. El manto azul salpicado de estrellas es la "Tilma de Turquesa" con que se revestían los grandes señores, e indica la nobleza y la importancia del portador. Los rayos del sol circundan totalmente a la Guadalupana como para indicar que ella es su aurora. Esta joven doncella mexicana está embarazada de pocos meses, así lo indican el lazo negro que ajusta su cintura, el ligero abultamiento debajo de este y la intensidad de los resplandores solares que aumenta a la altura del vientre. Su pie esta apoyado sobre una luna negra, (símbolo del mal para los mexicanos) y el ángel que la sostiene con gesto severo, lleva abiertas sus alas de águila.

La Virgen de Guadalupe se presentó ante sus hijos como la Madre del Creador y conservador de todo el universo; que viene a su pueblo porque quiere acogerlos a todos, indios y españoles, con un mismo amor de Madre. Con la prodigiosa impresión en el ayate comenzaba un nuevo mundo, la aurora del sexto sol que esperaban los mexicanos.

La imagen ha sufrido serios atentados y ha salido incólume de ácidos corrosivos y hasta de una bomba de gran tamaño que, en 1921, un desconocido escondió entre flores que malvadamente le ofrecía. Al explotar la bomba, causó gran destrucción. El crucifijo de metal que estaba cerca de la Virgen quedó retorcido y sin embargo la imagen de la Virgen quedó intacta. El cristal del marco de su imagen no se rompió.  Ver estudios

El Santuario
El Tepeyac es el santuario mariano mas visitado del mundo, superando en visitas a Lourdes y Fátima. Cada año, 20 millones de fieles se acercan al venerado cuadro para expresar a la Madre del Cielo el testimonio de su cariño y veneración. El día de la fiesta, el doce de diciembre, se calcula que casi tres millones de personas acuden al santuario.

En la actualidad la imagen milagrosa está en la nueva basílica construida junto a la antigua que se ha hundido notablemente. Los fieles pueden contemplar el cuadro desde una estera móvil que a sus pies se desliza para movilizar a los fieles y dar cabida a las multitudes que desean venerarla. Como en todo santuario mariano, la basílica de Guadalupe cuenta con una capilla del Santísimo donde los fieles constantemente adoran al Señor. 

La Basílica nueva tiene forma redonda que simboliza la tienda que albergaba el Arca de la Alianza en su marcha por el desierto; las lámparas interiores que cuelgan del techo recuerdan la nube que guiaba al pueblo de Dios día a día y la refulgente pared de oro que sostiene el cuadro, representa la columna de fuego y luz que indicaba el camino durante la noche.

Los Papas y la Virgen de Guadalupe

Pío X proclamó a Nuestra Señora de Guadalupe "Patrona de toda la América Latina"; Pío XI, de "todas las Américas"; Pío XII la llamó "Emperatriz de las Américas"; y Juan XXIII, "La misionera celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas". En esta gran basílica Juan Pablo II beatificó al indio Juan Diego el 6 de mayo de 1990.

En sus cuatro visitas a México, Juan Pablo II ha visitado el Tepeyac y honrado con profundo amor filial a la Virgen de Guadalupe a quien ha encomendado el continente Americano y su nueva evangelización. 

La Virgen de Guadalupe, defensora de la vida.

El Papa Juan Pablo II nos enseña que, ante la actual cultura de la muerte, encontramos esperanza en la Virgen de Guadalupe, la gran abogada y defensora de la vida humana. Ella apareció  embarazada. Los indios comprendieron que les visitaba la Madre de Dios. Tras la conversión, los indios cesaron de ofrecer sacrificios humanos que hasta entonces eran comunes. Por eso la Iglesia pide hoy día su intercesión para defender la vida contra el genocidio del aborto y otras amenazas contra los inocentes.

En su cuarta visita a México, del 22 al 26 de enero de 1999, Juan Pablo II puso a los pies de la Virgen el documento del sínodo de las Américas que en aquella ocasión entregó a la Iglesia como fundamento para la Nueva Evangelización que solo es posible por la obra del Espíritu Santo.  La Virgen es la que propicia la obra divina con su FIAT. Así es corredentora con su Hijo Jesucristo. La cuarta visita del Papa a México coincidió con el 26 aniversario de la legalización del aborto en USA, poniéndose así de relieve la gran batalla mundial por la dignidad de la vida humana.

Estudios Científicos sobre la Imagen de la Virgen de Guadalupe
Los asombrosos descubrimientos en torno al cuadro de la Virgen de Guadalupe tienen a los científicos en gran asombro. Se ha formado una comisión de científicos para investigar los fenómenos inexplicables de esta tela que era la ruana o poncho del indio Juan Diego.

La Fenómeno de la Tela

Lo primero que llama la atención de los expertos en textiles es que la tela del ayate sobre el que está la imagen de la Virgen es de fibra vegetal de maguey. Por su naturaleza, esta fibra se descompone por putrefacción en veinte años o menos. Así ha sucedido con varias reproducciones de la imagen que se han fabricado con este mismo tejido. Sin embargo el ayate de la imagen ha resistido mas de 470 años en perfecto estado de conservación. Por causas ininteligibles a los expertos, el ayate de la imagen es refractaria a la humedad y al polvo.

La imagen de la Virgen de Guadalupe estuvo 116 años expuesta a las inclemencias del ambiente, sin protección alguna contra el polvo, la humedad, el calor, el humo de las velas y el continuo roce de miles y miles de objetos que fueron tocados a la venerada imagen, además del constante contacto de manos y besos de innumerables peregrinos. Todo esto sin que se haya deshilachado ni desteñido su bella policromía.

El Fenómeno de la Imagen

La pintura que cubre la tela es otro misterio. El sabio alemán Kuhn, premio Nobel en Química, ha estudiado esta pintura, y su respuesta dejó atónitos a los oyentes: "Estos colorantes no son ni minerales, ni vegetales, ni animales". No han podido explicar el origen de los pigmentos que dan color a la imagen, ni la forma en que esta fue pintado. 

Se podría pensar que la tela ha resistido tanto porque la habrían encolado y preparado de manera especial como a otras pinturas famosas, para que tuviera gran resistencia. Pero el Señor Callaga, del instituto espacial NASA, de Estados Unidos, la ha estudiado con aparatos de rayos infrarrojos y ha descubierto que la tela no tiene ningún engomado ni preservativos, y que no se puede explicar cómo esa imagen ha resistido cuatro siglos en un lienzo tan ordinario. Con estos rayos infrarrojos se ha descubierto que la imagen no tiene esbozos previos -como se ve en los cuadros de Rubens y Tiziano-, sino que fue plasmada directamente, tal cual se la ve, sin tanteos ni rectificaciones.

La imagen no tiene pinceladas. La técnica empleada es desconocida en la historia de la pintura. Es incomprensible e irrepetible.

El Fenómeno de las Pupilas

Un famoso oculista, Lauvvoignet, examinó con un poderoso lente la pupila de la Virgen, y observó, maravillado, que en el iris se ve reflejada la imagen de un hombre. Esto fue al principio de una investigación que condujo a los más inesperados descubrimientos.

Por medio de la digitalización se observa en la pupila de una fotografía todo lo que la persona estaba mirando en el momento de tomarse la foto. El Dr. Tosnman, especializado en digitalización,  le ha tomado fotografías a la pupila de la Virgen de Guadalupe. Después de ampliarlas miles de veces, logró captar detalles imposibles de ser captados a simple vista. ¡Ha descubierto lo que la Virgen miraba en el momento de formarse la imagen en la tilma de Juan Diego!

Los detalles que aparecen en las fotografías de la pupila de la Virgen de Guadalupe son: un indio en el acto de desplegar su ruana ante un religioso; un franciscano en cuyo rostro se ve deslizarse una lágrima; un hombre con la mano sobre la barba en señal de admiración; otro indio en actitud de rezar; unos niños y varios religiosos franciscanos más. O sea, todas las personas que según la historia de la Virgen de Guadalupe, escrita hace varios siglos, estaban presentes en el momento en que apareció la sagrada imagen.

Lo que es radicalmente imposible es que en un espacio tan pequeño, como la córnea de un ojo situado en una imagen de tamaño natural, aún el más experto miniaturista lograra pintar todas esas imágenes que ha sido necesario ampliar dos mil veces para poderlas advertir.

La ciencia moderna se queda sin explicaciones ante las maravillas de la imagen de la Virgen de Guadalupe.  Es una realidad irrepetible. Sobrepasa todas las posibilidades naturales, por lo que se puede decir que estamos ante un hecho sobrenatural.

Una tilma que no se corrompe. Unos colores que no fueron pintados. Una pupila que contiene toda la escena y todas las personas del momento del milagro. Estamos ante una imagen que ni el tiempo ni los atentados de hombres llenos de odio han podido vencer.

La Virgen no se impone, no reta, no humilla a sus enemigos.  El milagro de su presencia en el Tepeyac es real pero muy sutil. Es un milagro que no aparece como tal a primera vista. Quiere ser mas bien confirmación de la verdad para ayudar a los corazones que se han endurecido pero que aun buscan. 

Para los sencillos de corazón los milagros no son necesarios para tener fe. Ellos captan por la gracia del Espíritu el amor solícito de la Madre del Cielo que viene por ellos.

Los enemigos de la Virgen son muchas veces personas muy poderosas, pero pasan y se hacen polvo. La Virgen permanece como testigo del amor de Dios que es eterno. Ella ha querido ser un faro plantado en el corazón del continente Americano para atraer a todos a Cristo, Salvador y Vida Eterna, única esperanza ante la ruina en que se encuentra la humanidad.  Ella ha querido darnos un milagro para ayudar a las generaciones incrédulas. Ha querido demostrar con su característica humildad, que la ciencia tiene su función pero también sus límites.  Ella nos recuerda las palabras del ángel: "Para Dios nada es imposible".

Virgen de Guadalupe, ruega por nosotros

Oración a Nuestra Señora de Guadalupe
Patrona de México y Emperatriz de las Américas

"Madre Santísima de Guadalupe. Madre de Jesús,
condúcenos hacia tu Divino Hijo por el camino del Evangelio,
para que nuestra vida sea el cumplimiento generoso
de la voluntad de Dios
Condúcenos a Jesús,
que se nos manifiesta y se nos da en la Palabra revelada
y en el Pan de la Eucaristía
Danos una fe firme,

una esperanza sobrenatural
una caridad ardiente
y una fidelidad viva
a nuestra vocación de bautizados.
ayúdanos a ser agradecidos a Dios,
exigentes con nosotros mismos y llenos de amor
para con nuestros hermanos.
Amén"

 
 
 
 
 
 
Fuente:
corazones.org

NICAN MOPOHUA

NICAN MOPOHUA
(Texto original de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego)

Relato de las apariciones de la Virgen de Guadalupe.

En orden y concierto se refiere aquí de qué maravillosa manera se apareció poco ha la siempre Virgen María, Madre de Dios, Nuestra Reina, en el Tepeyac, que se nombra Guadalupe.

Primero se dejó ver de un pobre indio llamado Juan Diego; y después se apareció su preciosa imagen delante del nuevo obispo don fray Juan de Zumárraga. También (se cuentan) todos los milagros que ha hecho.

PRIMERA APARICIÓN

Diez años después de tomada la ciudad de México se suspendió la guerra y hubo paz entre los pueblos, así como empezó a brotar la fe, el conocimiento del verdadero Dios, por quien se vive. A la sazón, en el año de mil quinientos treinta y uno, a pocos días del mes de diciembre, sucedió que había un pobre indio, de nombre Juan Diego según se dice, natural de Cuautitlán. Tocante a las cosas espirituales aún todo pertenecía a Tlatilolco.

Era sábado, muy de madrugada, y venía en pos del culto divino y de sus mandados. al llegar junto al cerrillo llamado Tepeyácac amanecía y oyó cantar arriba del cerrillo: semejaba canto de varios pájaros preciosos; callaban a ratos las voces de los cantores; y parecía que el monte les respondía. Su canto, muy suave y deleitosos, sobrepujaba al del COYOLTOTOTL y del TZINIZCAN y de otros pájaros lindos que cantan.

Se paró Juan Diego a ver y dijo para sí: "¿Por ventura soy digno de lo que oigo? ¿Quizás sueño? ¿Me levanto de dormir? ¿Dónde estoy? ¿Acaso en el paraíso terrenal, que dejaron dicho los viejos, nuestros mayores? ¿Acaso ya en el cielo?"

Estaba viendo hacia el oriente, arriba del cerrillo de donde procedía el precioso canto celestial y así que cesó repentinamente y se hizo el silencio, oyó que le llamaban de arriba del cerrillo y le decían: "Juanito, Juan Dieguito".

Luego se atrevió a ir adonde le llamaban; no se sobresaltó un punto; al contrario, muy contento, fue subiendo al cerrillo, a ver de dónde le llamaban. Cuando llegó a la cumbre, vio a una señora, que estaba allí de pie y que le dijo que se acercara.

Llegado a su presencia, se maravilló mucho de su sobrehumana grandeza: su vestidura era radiante como el sol; el risco en que se posaba su planta flechado por los resplandores, semejaba una ajorca de piedras preciosas, y relumbraba la tierra como el arco iris.

Los mezquites, nopales y otras diferentes hierbecillas que allí se suelen dar, parecían de esmeralda; su follaje, finas turquesas; y sus ramas y espinas brillaban como el oro.

Se inclinó delante de ella y oyó su palabra muy blanda y cortés, cual de quien atrae y estima mucho. Ella le dijo: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?" Él respondió: "Señora y Niña mía, tengo que llegar a tu casa de México Tlatilolco, a seguir cosas divinas, que nos dan y enseñan nuestros sacerdotes, delegados de nuestro Señor".

Ella luego le habló y le descubrió su santa voluntad, le dijo: "Sabe y ten entendido, tú, el más pequeño de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive; del Creador cabe quien está todo; Señor del cielo y de la tierra.

Deseo vivamente que se me erija aquí un templo para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa madre; a ti, a todos vosotros juntos los moradores de esta tierra y a los demás amadores míos que me invoquen y en mí confíen; oír allí sus lamentos, y remediar todas sus miserias, penas y dolores.

Y para realizar lo que mi clemencia pretende, ve al palacio del obispo de México y le dirás cómo yo te envío a manifestarle lo que mucho deseo, que aquí en el llano me edifique un templo: le contarás puntualmente cuanto has visto y admirado y lo que has oído.

Ten por seguro que lo agradeceré bien y lo pagaré, porque te haré feliz y merecerás mucho que yo recompense el trabajo y fatiga con que vas a procurar lo que te encomiendo. Mira que ya has oído mi mandato, hijo mío el más pequeño, anda y pon todo tu esfuerzo".

Al punto se inclinó delante de ella y le dijo: "Señora mía, ya voy a cumplir tu mandado; por ahora me despido de ti, yo tu humilde siervo" Luego bajó, para ir a hacer su mandado; y salió a la calzada que viene en línea recta a México.

Habiendo entrado en la ciudad, sin dilación se fue en derechura al palacio del obispo, que era el prelado que muy poco antes había venido y se llamaba don fray Juan de Zumárraga, religioso de San Francisco. Apenas llegó, trató de verle; rogó a sus criados que fueran a anunciarle y pasado un buen rato vinieron a llamarle, que había mandado el señor obispo que entrara.

Luego que entro, se inclinó y arrodilló delante de él; en seguida le dio el recado de la Señora del Cielo; y también le dijo cuanto admiró, vio y oyó. Después de oír toda su plática y su recado, pareció no darle crédito; y le respondió: "Otra vez vendrás, hijo mío y t e oiré más despacio, lo veré muy desde el principio y pensaré en la voluntad y deseo con que has venido".

Él salió y se vino triste; porque de ninguna manera se realizó su mensaje.

SEGUNDA APARICIÓN

En el mismo día se volvió; se vino derecho a la cumbre del cerrillo y acertó con la Señora del Cielo, que le estaba aguardando, allí mismo donde la vio la vez primera.

Al verla se postró delante de ella y le dijo: "Señora, la más pequeña de mis hijas, Niña mía, fui a donde me enviaste a cumplir tu mandado; aunque con dificultad entré a donde es el asiento del prelado; le vi y expuse tu mensaje, así como me advertiste; me recibió benignamente y me oyó con atención; pero en cuanto me respondió, pareció que no la tuvo por cierto, me dijo: "Otra vez vendrás; te oiré más despacio: veré muy desde el principio el deseo y voluntad con que has venido…"

Comprendí perfectamente en la manera que me respondió, que piensa que es quizás invención mía que Tú quieres que aquí te hagan un templo y que acaso no es de orden tuya; por lo cual, te ruego encarecidamente, Señora y Niña mía, que a alguno de los principales, conocido, respetado y estimado le encargues que lleve tu mensaje para que le crean porque yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda, y Tú, Niña mía, la más pequeña de mis hijas, Señora, me envías a un lugar por donde no ando y donde no paro.

Perdóname que te cause gran pesadumbre y caiga en tu enojo, Señora y Dueña mía". Le respondió la Santísima Virgen: "Oye, hijo mío el más pequeño, ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros, a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad; pero es de todo punto preciso que tú mismo solicites y ayudes y que con tu mediación se cumpla mi voluntad.

Mucho te ruego, hijo mío el más pequeño, y con rigor te mando, que otra vez vayas mañana a ver al obispo. Dale parte en mi nombre y hazle saber por enero mi voluntad, que tiene que poner por obra el templo que le pido.

Y otra vez dile que yo en persona, la siempre Virgen Santa María, Madre de Dios, te envía”. Respondió Juan Diego: ”Señora y Niña mía, no te cause yo aflicción; de muy buena gana iré a cumplir tu mandado; de ninguna manera dejaré de hacerlo ni tengo por penoso el camino.

Iré a hacer tu voluntad; pero acaso no seré oído con agrado; o si fuere oído, quizás no se me creerá. Mañana en la tarde, cuando se ponga el sol, vendré a dar razón de tu mensaje con lo que responda el prelado. Ya de ti me despido, Hija mía la más pequeña, mi Niña y Señora. Descansa entre tanto”.

Luego se fue él a descansar a su casa. Al día siguiente, domingo, muy de madrugada, salió de su casa y se vino derecho a Tlatilolco, a instruirse en las cosas divinas y estar presente en la cuenta para ver enseguida al prelado.

Casi a las diez, se presentó después de que oyó misa y se hizo la cuenta y se dispersó el gentío. Al punto se fue Juan Diego al palacio del señor obispo. Apenas llegó, hizo todo empeño por verlo, otra vez con mucha dificultad le vio: se arrodilló a sus pies; se entristeció y lloró al exponerle el mandato de la Señora de Cielo; que ojalá que creyera su mensaje, y la voluntad de la Inmaculada, de erigirle su templo donde manifestó que lo quería.

El señor obispo, para cerciorarse, le preguntó muchas cosas, dónde la vio y cómo era; y él refirió todo perfectamente al señor obispo. Mas aunque explicó con precisión la figura de ella y cuanto había visto y admirado, que en todo se descubría ser ella la siempre Virgen Santísima Madre del Salvador Nuestro Señor Jesucristo; sin embargo, no le dio crédito y dijo que no solamente por su plática y solicitud se había de hacer lo que pedía; que, además, era muy necesaria alguna señal; para que se le pudiera creer que le enviaba la misma Señora del Cielo. Así que lo oyó, dijo Juan Diego al obispo: “Señor, mira cuál ha de ser la señal que pides; que luego iré a pedírsela a la Señora del Cielo que me envía acá”. Viendo el obispo que ratificaba todo, sin dudar, ni retractar nada, le despidió.

Mandó inmediatamente a unas gentes de su casa en quienes podía confiar, que le vinieran siguiendo y vigilando a dónde iba y a quién veía y hablaba. Así se hizo. Juan Diego se vino derecho y caminó por la calzada; los que venían tras él, donde pasa la barranca, cerca del puente Tepeyácac, lo perdieron; y aunque más buscaron por todas partes, en ninguna le vieron. Así es que regresaron, no solamente porque se fastidiaron, sino también porque les estorbó su intento y les dio enojo.

Eso fueron a informar al señor obispo, inclinándole a que no le creyera, le dijeron que no más le engañaba; que no más forjaba lo que venía a decir, o que únicamente soñaba lo que decía y pedía; y en suma discurrieron que si otra vez volvía, le habían de coger y castigar con dureza, para que nunca más mintiera y engañara.

TERCERA APARICIÓN

Entre tanto, Juan Diego estaba con la Santísima Virgen, diciéndole la respuesta que traía del señor obispo; la que oída por la Señora, le dijo: “Bien está, hijo mío, volverás aquí mañana para que lleves al obispo la señal que te ha pedido; con eso e creerá y acerca de esto ya no dudará ni de ti sospechará y sábete, hijito mío, que yo te pagaré tu cuidado y el trabajo y cansancio que por mí has emprendido; ea, vete ahora; que mañana aquí te aguardo”.

Al día siguiente, lunes, cuando tenía que llevar Juan Diego alguna señal para ser creído, ya no volvió, porque cuando llegó a su casa, un tío que tenía, llamado Juan Bernardino, le había dado la enfermedad, y estaba muy grave. Primero fue a llamar a un médico y le auxilió; pero ya no era tiempo, ya estaba muy grave.

Por la noche, le rogó su tío que de madrugada saliera, y viniera a Tlatilolco a llamar un sacerdote, que fuera a confesarle y disponerle, porque estaba muy cierto de que era tiempo de morir y que ya no se levantaría ni sanaría. El martes, muy de madrugada, se vino Juan Diego de su casa a Tlatilolco a llamar al sacerdote; y cuando venía llegando al camino que sale junto a la ladera del cerrillo del Tepeyácac, hacia el poniente, por donde tenía costumbre de pasar, dijo: “Si me voy derecho, no sea que me vaya a ver la Señora, y en todo caso me detenga, para que llevase la señal al prelado, según me previno: que primero nuestra aflicción nos deje y primero llame yo deprisa al sacerdote; el pobre de mi tío lo está ciertamente aguardando”.

Luego, dio vuelta al cerro, subió por entre él y pasó al otro lado, hacia el oriente, para llegar pronto a México y que no le detuviera la Señora del Cielo.

CUARTA APARICIÓN

Pensó que por donde dio vuelta, no podía verle la que está mirando bien a todas partes.

La vio bajar de la cumbre del cerrillo y que estuvo mirando hacia donde antes él la veía. Salió a su encuentro a un lado del cerro y le dijo: “¿Qué hay, hijo mío el más pequeño? ¿Adónde vas?” ¿Se apenó él un poco o tuvo vergüenza, o se asustó?.

Juan Diego se inclinó delante de ella; y le saludó, diciendo: “Niña mía, la más pequeña de mis hijas. Señora, ojalá estés contenta. ¿Cómo has amanecido? ¿Estás bien de salud, Señora y Niña mía? Voy a causarte aflicción: sabe, Niña mía, que está muy malo un pobre siervo tuyo, mi tío; le ha dado la peste, y está para morir. Ahora voy presuroso a tu casa de México a llamar uno de los sacerdotes amados de Nuestro Señor, que vaya a confesarle y disponerle; porque desde que nacimos, venimos a aguardar el trabajo de nuestra muerte.

Pero si voy a hacerlo, volveré luego otra vez aquí, para ir a llevar tu mensaje. Señora y Niña mía, perdóname; tenme por ahora paciencia; no te engaño, Hija mía la más pequeña; mañana vendré a toda prisa”. Después de oír la plática de Juan Diego, respondió la piadosísima Virgen: “Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige, no se turbe tu corazón, no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa; no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella: está seguro que ya sanó”.

(Y entonces sanó su tío según después se supo). Cuando Juan Diego oyó estas palabras de la Señora del Cielo, se consoló mucho; quedó contento. Le rogó que cuanto antes le despachara a ver al señor obispo, a llevarle alguna señal y prueba; a fin de que le creyera.

La Señora del Cielo le ordenó luego que subiera a la cumbre del cerrillo, donde antes la veía. Le dijo: “Sube, hijo mío el más pequeño, a la cumbre del cerrillo, allí donde me vise y te di órdenes, hallarás que hay diferentes flores; córtalas, júntalas, recógelas; Enseguida baja y tráelas a mi presencia”.

Al punto subió Juan Diego al cerrillo y cuando llegó a la cumbre se asombró mucho de que hubieran brotado tantas variadas, exquisitas rosas de Castilla, antes del tiempo en que se dan, porque a la sazón se encrudecía el hielo; estaban muy fragantes y llenas de rocío, de la noche, que semejaba perlas preciosas.

Luego empezó a cortarlas; las juntó y las echó en su regazo. Bajó inmediatamente y trajo a la Señora del Cielo las diferentes rosas que fue a cortar; la que, así como las vio, las cogió con su mano y otra vez se las echó en el regazo, diciéndole: “Hijo mío el más pequeño, esta diversidad de rosas es la prueba y señal que llevarás al obispo.

Le dirás en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que él tiene que cumplirla. Tú eres mi embajador, muy digno de confianza. Rigurosamente te ordeno que sólo delante del obispo despliegues tu manta y descubras lo que llevas. Contarás bien todo; dirás que te mandé subir a la cumbre del cerrillo que fueras a cortar flores; y todo lo que viste y admiraste; para que puedas inducir al prelado a que te dé su ayuda, con objeto de que se haga y erija el templo que he pedido”.

Después que la Señora del Cielo le dio su consejo, se puso en camino por la calzada que viene derecho a México: ya contento y seguro de salir bien, trayendo con mucho cuidado lo que portaba en su regazo, no fuera que algo se le soltara de las manos, y gozándose en la fragancia de las variadas hermosas flores.

Al llegar al palacio del obispo, salieron a su encuentro el mayordomo y otros criados del prelado. Les rogó le dijeran que deseaba verle, pero ninguno de ellos quiso, haciendo como que no le oían, sea porque era muy temprano, sea porque ya le conocían, que sólo los molestaba, porque les era importuno; y, además, ya les habían informado sus compañeros, que le perdieron de vista, cuando habían ido en su seguimiento.

Largo rato estuvo esperando. Ya que vieron que hacía mucho que estaba allí, de pie, cabizbajo, sin hacer nada, por si acaso era llamado; y que al parecer traía algo que portaba en su regazo, se acercaron a él para ver lo que traía y satisfacerse.

Viendo Juan Diego que no les podía ocultar lo que tría y que por eso le habían de molestar, empujar o aporrear, descubrió un poco que eran flores, y al ver que todas eran distintas rosas de Castilla, y que no era entonces el tiempo en que se daban, se asombraron muchísimo de ello, lo mismo de que estuvieran muy frescas, tan abiertas, tan fragantes y tan preciosas.

Quisieron coger y sacarle algunas; pero no tuvieron suerte las tres veces que se atrevieron a tomarlas; no tuvieron suerte, porque cuando iban a cogerlas, ya no se veían verdaderas flores, sino que les parecían pintadas o labradas o cosidas en la manta.

Fueron luego a decir al obispo lo que habían visto y que pretendía verle el indito que tantas veces había venido; el cual hacía mucho que aguardaba, queriendo verle. Cayó, al oírlo el señor obispo, en la cuenta de que aquello era la prueba, para que se certificara y cumpliera lo que solicitaba el indito. Enseguida mandó que entrara a verle.

Luego que entró, se humilló delante de él, así como antes lo hiciera, y contó de nuevo todo lo que había visto y admirado, y también su mensaje. Dijo: “Señor, hice lo que me ordenaste, que fuera a decir a mi Ama, la Señora del Cielo, Santa María, preciosa Madre de Dios, que pedías una señal para poder creerme que le has de hacer el templo donde ella te pide que lo erijas; y además le dije que yo te había dado mi palabra de traerte alguna señal y prueba, que me encargaste, de su voluntad.

Condescendió a tu recado y acogió benignamente lo que pides, alguna señal y prueba para que se cumpla su voluntad. Hoy muy temprano me mandó que otra vez viniera a verte; le pedí la señal para que me creyeras, según me había dicho que me la daría; y al punto lo cumplió: me despachó a la cumbre del cerrillo, donde antes yo la viera, a que fuese a cortar varias rosas de Castilla.

Después me fui a cortarlas, las traje abajo; las cogió con su mano y de nuevo las echó en mi regazo, para que te las trajera y a ti en persona te las diera. Aunque yo sabía bien que la cumbre del cerrillo no es lugar en que se den flores, porque sólo hay muchos riscos, abrojos, espinas, nopales y mezquites, no por eso dudé; cuando fui llegando a la cumbre del cerrillo miré que estaba en el paraíso, donde había juntas todas las varias y exquisitas rosas de Castilla, brillantes de rocío que luego fui a cortar.

Ella me dijo por qué te las había de entregar; y así lo hago, para que en ellas veas la señal que pides y cumplas su voluntad; y también para que aparezca la verdad de mi palabra y de mi mensaje. He las aquí: recíbelas”.

Desenvolvió luego su blanca manta, pues tenía en su regazo las flores; y así que se esparcieron por el suelo todas las diferentes rosas de Castilla, se dibujó en ella y apareció de repente la preciosa imagen de la siempre Virgen Santa María, Madre de Dios, de la manera que está y se guarda hoy en su templo del Tepeyácac, que se nombra Guadalupe.

Luego que la vio el señor obispo, él y todos los que allí estaban se arrodillaron; mucho la admiraron; se levantaron; se entristecieron y acongojaron, mostrando que la contemplaron con el corazón y con el pensamiento.

El señor obispo, con lágrimas de tristeza oró y pidió perdón de no haber puesto en obra su voluntad y su mandato. Cuando se puso de pie, desató del cuello de Juan Diego, del que estaba atada, la manta en que se dibujó y apareció la señora del Cielo.

Luego la llevó y fue a ponerla en su oratorio. Un día más permaneció Juan Diego en la casa del obispo que aún le detuvo. Al día siguiente, le dijo: “Ea, a mostrar dónde es voluntad de la Señora del Cielo que le erija su templo”.

Inmediatamente se convidó a todos para hacerlo. No bien Juan Diego señaló dónde había mandado la Señora del Cielo que se levantara su templo, pidió licencia de irse.

Quería ahora ir a su casa a ver a su tío Juan Bernardino, el cual estaba muy grave, cuando le dejó y vino a Tlatilolco a llamar a un sacerdote, que fuera a confesarle y disponerle, y le dijo la Señora del Cielo que ya había sanado.

Pero no le dejaron ir solo, sino que le acompañaron a su casa. Al llegar, vieron a su tío que estaba muy contento y que nada le dolía.

Se asombró mucho de que llegara acompañado y muy honrado su sobrino, a quien preguntó la causa de que así lo hicieran y que le honraran mucho.

Le respondió su sobrino que, cuando partió a llamar al sacerdote que le confesara y dispusiera, se le apareció en el Tepeyácac la Señora del Cielo; La que, diciéndole que no se afligiera, que ya su tío estaba bueno, con que mucho se consoló, le despachó a México, a ver al señor obispo para que le edificara una casa en el Tepeyácac. Manifestó su tío ser cierto que entonces le sanó y que la vio del mismo modo en que se aparecía a su sobrino; sabiendo por ella que le había enviado a México a ver al obispo.

También entonces le dijo la Señora que, cuando él fuera a ver al obispo, le revelara lo que vio y de qué manera milagrosa le había sanado; y que bien la nombraría, así como bien había de nombrarse su bendita imagen, la siempre Virgen Santa María de Guadalupe.

Trajeron luego a Juan Bernardino a presencia del señor obispo; a que viniera a informarle y atestiguara delante de él. A entrambos, a él y a su sobrino, los hospedó el obispo en su casa algunos días, hasta que se erigió el templo de la Reina del Tepeyácac, donde la vio Juan Diego.

El Señor obispo trasladó a la Iglesia Mayor la santa imagen de la amada Señora del Cielo; la sacó del oratorio de su palacio, donde estaba, para que toda la gente viera y admirara su bendita imagen.

La ciudad entera se conmovió: venía a ver y admirar su devota imagen, y a hacerle oración. Mucho le maravillaba que se hubiese aparecido por milagro divino; porque ninguna persona de este mundo pintó su preciosa imagen.

11 de Diciembre Día Internacional de la Radio y la Televisión a favor de la Infancia

La Convención sobre los Derechos del Niño – ratificada por casi todos los países del mundo – incluye entre otros, los siguientes derechos fundamentales: el derecho a la libertad de expresión, el derecho a ofrecer y recibir información y el derecho a expresar sus opiniones en los medios de difusión escogidos por ellos mismos.
Para lograr que estos derechos se hagan realidad, UNICEF cree que niños y jóvenes deben tener acceso a las emisoras para recibir información y opinar sobre sus preocupaciones. El Día Internacional de la Radio y la Televisión en favor de la infancia, que se celebra cada año desde 1992 el segundo domingo de diciembre, se convierte en una plataforma para lograr que estos derechos se hagan realidad.
 
Se trata de la mayor campaña mundial de medios de comunicación en favor de la infancia, con la participación de más de 2.000 estaciones de televisión y radio, y ofrece una oportunidad extraordinaria para que los niños configuren su visión del mundo tal como la viven en sus propias comunidades. Este Día es un acontecimiento que transforma a los más jóvenes en participantes activos de los medios de difusión.
 
A los medios de comunicación les corresponde un papel de suma importancia, ya que pueden ayudar a que la sociedad preste atención a la visión que los niños y niñas tienen del mundo. Las emisoras pueden ayudar a que los niños hagan un llamamiento a los dirigentes internacionales para que inviertan en aquellos aspectos que les preocupan y a que no lo hagan como un gesto de caridad, sino con el verdadero propósito de sentar las bases de una sociedad pujante y próspera.
 
Los niños y niñas están planteando un desafío a los líderes del mundo para que sitúen los derechos de la infancia en el centro de su trabajo. El Día Internacional de la Radio y la Televisión en favor de la Infancia será una oportunidad para que los niños y niñas puedan mostrar este nuevo liderazgo en acción.
Desde 1994, el Consejo Internacional de la Academia Nacional de Artes y Ciencias de Televisión de Nueva York y UNICEF otorgan un premio especial que reconoce el trabajo excepcional de las emisoras que participan en el Día Internacional de la Radio y la Televisión en favor de la Infancia.
Los ganadores hasta la fecha han sido: Sábado Chiquito de Corporan de la
República Dominicana en 1995; TV Ontario de Canadá en 1996; Namibian Broadcasting Corporation en 1997; y TV Cultura de Brasil en 1998, 1999 y 2000.

10 de Diciembre Día de los Derechos Humanos

La celebración del 10 de diciembre del día de los Derechos Humanos tiene su origen en el año 1950. En este año la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a todos los Estados y organizaciones interesadas a que el 10 de diciembre observaran el Día de los Derechos Humanos (resolución 423 (V)). En ese Día se conmemora la aprobación por la Asamblea General de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948.
 
Motivados por los desastres tan tremendos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial, todos los países tomaron la firme decisión de crear un código moral, ético y sobre todo jurídico que amparara lo que desde la Revolución Francesa se reconocía como los derechos inalienables del hombre.
 
El hombre y la mujer pasan a tener derechos a nivel internacional, muchos de ellos todavía no están del todo desarrollados. Incluso son de difícil puesta en práctica ‘gracias’ a los obstáculos que se empeñan en poner en su camino naciones (entre ellas las más poderosas del Planeta) que en un primer momento los subscribieron. De hecho, la mayor parte de las organizaciones creadas a partir de la Segunda Guerra Mundial, después del nacimiento de la propia Organización de las Naciones Unidas, todavía prorrogan sus mandatos y siguen cumpliendo una necesaria función para garantizar, promover y salvaguardar el cumplimiento de los Derechos del Ser Humano.
 
En el mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas para el año 2.000 se recalca la importantísima función que cumple la educación para los derechos humanos en el mundo: ‘Cuanto más conozcan los pueblos sus propios derechos y respeten los derechos de los demás, mayor probabilidad habrá de que vivan juntos en paz. Sólo si instruimos a la gente acerca de los derechos humanos podremos aspirar a evitar la violación de esos derechos y, con ello, aspirar también a evitar los conflictos’.

7 de Diciembre Día Internacional de la Aviación Civil

Cuando vemos un avión y las diferentes compañias comerciales que los manejan, pensamos que estos están regulados y controlados solamente por la línea aérea o la institución a la que pertenece, pero no sabemos que hay un organismo internacional que tiene la función de supervisar el crecimiento seguro y ordenado de la aviación internacional, esa organización, que pertenece al sistema de Naciones Unidas, es la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). De igual manera la OACI también verifica los nuevos diseños y el funcionamiento aéreo de naves civiles, apoya el desarrollo de redes aéreas, aeropuertos y servicios de navegación aérea.
 
El papel de la Organización de Aviación Civil Internacional es fundamental porque hace que el transporte aéreo sea más seguro y busca la manera fácil de viajar por avión de un país al otro.
 
La OACI funciona con una Asamblea, que está integrada por representantes de los 185 Estados contratantes de la ONU y es el órgano supremo del organismo, además tiene un Consejo formado por integrantes de 33 países.

El Día Internacional de la Aviación Civil fue decretado por Naciones Unidas en 1992 a fin de destacar y promover los beneficios de la Aviación Civil Internacional.

 
Desde sus inicios, la aviación civil internacional ha registrado un impresionante crecimiento, no sólo en el tráfico de pasajeros, sino en el de carga también. Desafortunadamente, la aviación no sólo ha servido de estas maneras, sino en muchos conflictos bélicos y como blanco de algunos terroristas. Sin embargo, día a día la OACI trabaja para establecer mejores procedimientos de seguridad y para hacer más eficiente las comunicaciones y los viajes internacionales. 

5 de Diciembre Día Internacional de los Voluntarios para el Desarrollo Económico y Social

Cada día en muchos rincones del planeta, millones de mujeres, hombres y jóvenes ofrecen a diario, de manera desinteresada, su trabajo, su tiempo y su capacidad para beneficiar a los demás. Los voluntarios que desarrollan su trabajo en aldeas y comunidades llevan a cabo tareas como administrar vacunas, programas de alfabetización, programas de nutrición, ayudan a distribuir alimentos, aportar asistencia de socorro y medicinas, entre muchas otras más.
 
De acuerdo a la Cumbre del Milenio celebrada en septiembre el 2000 por Naciones Unidas, la libertad, la igualdad de los individuos y los pueblo, la solidaridad, la tolerancia, el respeto por la naturaleza y la responsabilidad común, son los seis valores fundamentales que deben caracterizar al siglo XXI.

El trabajo de los voluntarios en todo el mundo esta relacionado con estos seis valores, ya que son personas que trabajan para servir a los demás y transformar la sociedad en beneficio de todos y cada uno de sus miembros.

 

El año 2001 ha sido decretado por Naciones Unidas, como el Año Internacional de los Voluntarios, como un homenaje oficial a su trabajo y como expresión de solidaridad.

La Acción Social del Voluntariado en España

En España actualmente hay más de 550.000 voluntarios, de los cuales el 70 % tiene menos de 30 años. En general estos voluntarios dedican como promedios tres horas semanales a su labor social a favor de los sectores marginales de nuestra sociedad o de los pueblos empobrecidos del Sur. El 33 % de los voluntarios son estudiantes, el 31 % trabajador y un 12 % esta jubilado.

Las características más importantes del voluntariado son: la gratuidad, la continuidad, la responsabilidad personal, el conocimiento, respeto y valoración de las diferentes personas o pueblos que pueda encontrarse en la realización de su tarea.